Como ustedes sabrán, aquí, con nuestro huerto, no estamos
inventando nada. Basta abrir unas cuantas páginas de la red para darnos cuenta
de la gran cantidad de información que ha generado la gente inteligente que
abunda en este planeta. Lo interesante de nuestra propuesta es la articulación
de ciertos conceptos que vamos a ir exponiendo y la decisión para llevar al
terreno de los hechos algunas ideas que ahí están pero que muy pocos se atreven
a llevar a la práctica.
Desde hace unos tres años comencé a trabajar en la
elaboración de las líneas generales para formular un plan de desarrollo para el
municipio de Zihuatanejo; pero no un plan para un trienio, sino un plan a largo
plazo, un plan que dé viabilidad futura al municipio, un plan de desarrollo
sustentable.
Entre muchas otras cosas importantes, encontramos
precisamente la idea de articular conceptos de tal modo que nos permitan
resolver varios problemas con una sola jugada, como en la carambola; Le pegas a
una bola y esa impacta a otra u otras. Por ejemplo, antes se pensaba que para
atacar las inundaciones había que hacer canales y sacar el agua hacia ríos,
lagunas o el mar. Hoy se dice: Tú tienes un problema con la escorrentía, te
sobra agua, pero por otro lado te falta agua en los tinacos de las casas, ¿por
qué no capturas el agua de la lluvia, la que escurre por casas, calles,
laderas, etc., la limpias, la usas y resuelves tu problema de inundaciones y de
paso impactas tu carencia de agua? Bueno, esto también ya se conoce, pero la
verdad muy poco se hace en este sentido. En el país hay algunos intentos pero
en la inmensa mayoría de los municipios se viene operando de la manera
tradicional, si es que se opera.
Como uno de los problemas más sensibles en Zihuatanejo es el
asunto de la contaminación y la conservación de los recursos naturales para la
explotación turística, le rascamos lo más que se pudo en las propuestas de
articulación para resolver problemas de saneamiento y de paso incidir en una nueva
cultura del agua.
Aunque ustedes no lo crean, “Mi huerto urbano orgánico” es
una propuesta que articula justamente tres conceptos, por los menos: Ideas
sobre el saneamiento ambiental, ideas sobre la nueva cultura del agua que nos
impone la realidad y la producción barata de alimentos saludables con miras a
preservar el mundo que tenemos que entregar a nuestros hijos, nietos y
biznietos.
La clave de todo este planteamiento está en el modo de
fertilización de “Mi huerto”. “Mi huerto” se fertiliza con lixiviados de
composta y con orina humana. Sí, con lixiviados, esos líquidos que tienen a
punto del infarto a los administradores de los rellenos sanitarios y con la
“pipí” que tanto horror nos causa junto con las heces fecales, a pesar de que
no son más que desechos de los seres vivos que permiten que sea posible la vida
nuevamente. La vida se “desorganiza”, se descompone hasta sus formas
elementales y vuelve a “organizarse” de la manera más compleja que existe: La vida
humana.
En la próxima entrada voy a seguir con el tema de la
articulación de conceptos que es lo que vale la pena. Aclaro que este asunto de
lo que usamos para la fertilización pensaba platicárselos hasta después de que
se hubieran comido unos chilitos y jitomates de “Mi huerto”, pero me presionó
un camarada mío llamado “Zapatín”, quien preguntó: ¿Y de dónde salió esta
“ideota”?, así que tuve que adelantarme a riesgo de que nadie quiera consumir
mis chiles y jitomates. Saludos.